Los ADR y la empresa

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Conflictos empresariales: ¿Vía judicial o métodos alternativos de resolución de conflictos?

A medida que van pasando los años oímos o leemos cada vez más respecto de los llamados “sistemas alternativos de resolución de conflictos”, conocidos también en inglés por las siglas ADR (Alternative Dispute Resolution). Es decir, se trata de métodos de resolución de conflictos alternativos a la vía judicial: negociación, conciliación, mediación y arbitraje.

No obstante, a pesar de que se vaya hablando más de estas alternativas, España es un país que carece de cultura en ADR y tanto a las empresas como a los particulares les cuesta todavía “creer” y “confiar” plenamente en la eficacia de estos sistemas.

Aun así, cada vez son más las empresas que acuden a estas vías alternativas pues, el hecho de cambiar la clásica y “ancestral” demanda judicial por la intención de llegar a un acuerdo con la otra parte puede reportarle una serie de beneficios, tanto internos, dentro de su propia organización, como externos, en cuanto a las relaciones con sus clientes, consumidores y usuarios…

Concretamente, este tipo de métodos extrajudiciales reportan unos costes más bajos; la economía de la empresa no se resiente como si el conflicto estuviese abierto durante años; los acuerdos que se pueden alcanzar se mantienen en el tiempo y muchas veces, mejoran y mantienen las relaciones entre las partes; le otorgan a los interesados una mayor flexibilidad para buscar la solución adecuada a cada caso concreto; se consiguen soluciones más rápidas, eficaces y discretas; generan confianza en sus relaciones con otras empresas y clientes, y, sobre todo, potencian la imagen de la entidad para con los clientes, consumidores o usuarios con los que se relacionan al brindarles la oportunidad de acudir a otros mecanismos menos “agresivos”, más baratos y mostrarles así una mayor intención de resolver los conflictos que pudieran surgir.

Por lo tanto, es importante insistir en que el arbitraje y la mediación se consoliden como métodos extrajudiciales de solución de conflictos en el ámbito empresarial y que todas las empresas acepten estas herramientas que tantos beneficios pueden aportarles. Además, las soluciones extrajudiciales relacionadas con el arbitraje y la mediación apoyan y consolidan, asimismo, el buen gobierno en la empresa.